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Energías renovables: un sólido impulso al PIB mundial post Covid-19.

Con los gobiernos alrededor del mundo analizando alternativas de recuperación económica a largo plazo, las energías renovables se presentan como una atractiva propuesta económica y ambiental.


Durante las últimas semanas, los gobiernos de un gran número de países han puesto en marcha una variedad de estímulos económicos para contrarrestar el impacto que ha tenido el Covid-19. Los apoyos se han enfocado a mantener vivos los negocios que actualmente sufren por la baja en la demanda y las cadenas de suministro interrumpidas, así como en el apoyo directo a familias o individuos que necesiten los recursos. A pesar de estos esfuerzos, la incertidumbre acerca de cuanto más seguirá el mundo en cuarentena, ha hecho que los gobiernos comiencen a analizar estrategias de reanimación de la economía a largo plazo. Una alternativa que recientemente ha captado la atención de políticos y empresarios alrededor del mundo es la inversión en energías renovables, las cuales, además de ofrecer beneficios para el bienestar de los negocios, mayor empleabilidad y apoyos al sector salud, dejarían grandes rendimientos para sus inversionistas.



En su último reporte, el Fondo Monetario Internacional ha presupuestado que la economía mundial se contraerá en un 3 por ciento este año. Es importante resaltar que las economías donde el sistema de salud sea precario, tendrán una mayor afectación económica de igual forma. Esto es uno de los varios puntos a favor de la inversión en energías renovables, considerando que sus beneficios no son solamente económicos y ambientales. Se prevé que a medida que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, el gasto presupuestado de los gobiernos al sistema de salud durante los próximos 30 años, baje considerablemente, en especial, dada la relación que el cambio climático ha tenido con el incremento de enfermedades causadas por la contaminación del aire, seguridad alimentaria, etc. Otro factor que beneficiaría la transición a energías verdes sería el impacto positivo en el desarrollo de negocios post Covid-19, ya que los costos de utilizar este tipo de energía son más bajos en una variedad de países, y en aquellos donde aún no lo son, existen cada vez más incentivos (fiscales, crediticios, etc.) para su uso. De igual forma, es importante mencionar que este sector energético en desarrollo prevé la generación de aproximadamente 42 millones de empleos para el año 2050, más que los actuales dentro del sector de combustibles fósiles.

Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés), se espera que la inversión en energías renovables regrese entre 3 a 8 dólares por cada dólar invertido. Francesco La Camera, director de la agencia, ha mencionado que lo más importante para que estos escenarios se vuelvan realidad es incitar a los gobiernos a voltear a este sector energético, pues aún con los pronósticos de la agencia, se necesitaría un 15 por ciento más de inversión sobre lo actualmente presupuestado para el año 2050.

El panorama aún es incierto, sobre todo en países cuyas administraciones no tienen como prioridad la lucha contra el cambio climático o donde el desarrollo de las energías renovables entra en conflicto con intereses más personales de personajes importantes y de gran poder. Un ejemplo es México, donde existe un enorme interés dentro de la administración actual de empujar por la supervivencia de Pemex, empresa que opera con combustibles fósiles. A pesar de su pobre desempeño los últimos años, el gobierno no ha puesto esfuerzos relevantes en la implementación de energías limpias. De igual forma, países como Rusia y Arabia Saudita, tienen como pilar económico la comercialización de petróleo, por lo cual se evita, en su mayor parte, la transición a energías renovables que puedan perjudicar la comercialización masiva de los combustibles no renovables.


La recuperación económica que comenzará al finalizar la crisis de salud mundial deberá tener una característica en específico: sostenibilidad. Debe ser un proceso donde el desarrollo de un sector (salud, económico, ambiental, etc.), no perjudique otro, al mismo tiempo que no comprometa las necesidades de futuras generaciones. La inversión en energías renovables es capaz de ser un pilar en este proceso, ayudando a los gobiernos no solo a beneficiar el bienestar económico con un comportamiento saludable de su PIB y el desarrollo de negocios, sino también para acatar metas ambientales y, por ende, fortalecer un sistema de salud donde actualmente existen muchas fallas y brechas en un número de países. Para que esto suceda, se necesita que los líderes mundiales volteen a ver esta alternativa, y con suerte, opten por un futuro verde y económicamente próspero.


Escrito por Eduardo Javier Loyo Porter

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