México presentaba un rezago en el progreso bursátil a comparación de otras economías americanas, donde la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) era la única plataforma autorizada para el intercambio de valores bursátiles. Sin embargo, el surgimiento reciente de la nueva Bolsa Institucional de Valores (BIVA) competirá y desafiará al monopolio bursátil de más de 100 años de la Bolsa de Valores Mexicana.
BIVA brindará un aire renovador al ambiente bursátil, en la búsqueda de crear la oportunidad a pequeñas y medianas empresas de ingresar al mercado bursátil mexicano a través de la utilización de avances tecnológicos proporcionados por NASDAQ. Este proyecto financiero comenzó con la propuesta de la Central de Corretajes (CENCOR), presentada el 29 de octubre de 2015, la cual sugería el lanzamiento de una nueva bolsa de valores. Promover una sana competencia dentro del área bursátil de México era uno de los objetivos principales.
Dentro del proceso legal y administrativo del proyecto, la colaboración de instituciones financieras como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y Banxico jugó un papel crítico en el desarrollo de este renovador proyecto, con el objetivo de facilitar su integración y adaptar la regulación del mercado de capitales hacia el funcionamiento efectivo de dos bolsas de valores. Sin embargo, este esquema ha generado opiniones diferidas entre analistas.
Como beneficios directos se encuentran la reducción de costos de transacción, la promoción hacia una cultura empresarial más formativa, al igual que la innovación tecnológica involucrada. En síntesis, dará marcha a los primeros pasos hacia un mercado en proceso de maduración. Sin embargo, como riesgos predominan la posible fragmentación del mercado de valores, al igual que la incertidumbre y alta volatilidad como resultado de factores económicos como las próximas elecciones presidenciales en México y la tensa relación entre México y Estados Unidos.
Tras recibir la concesión oficial de la SHCP (máxima autoridad reguladora del Sistema Financiero y Bancario de México), se espera que para finales de marzo del 2018 entre en operación la nueva Bolsa Institucional de Valores. Se observa como la situación bursátil mexicana se encuentra en una época transitoria, donde su evolución presentará perspectivas contrastantes en las inversiones empresariales dentro de un contexto nacional y global.
Referencia
Por Jesús Paúl Bustamante Gómez, 2018