El ambiente bursátil internacional tiembla con el reporte en el que el presidente Donald Trump y su administración anunciaron la implementación de tarifas del 10 % en $200 mil millones de importaciones de origen chino. Además, pretende incrementarla a 25% para el inicio del 2019. De esta manera, la situación actual se calienta con la disputa constante entre el presidente estadounidense y Xi Jinping, el presidente de China, creando gran tensión en la relación entre las dos economías más fuertes del mundo. Por lo tanto, el entorno actual del mercado internacional se encuentra congestionado para pequeños y grandes inversionistas.
Las acciones del presidente estadounidense se pueden considerar como una de las más severas restricciones económicas impuestas en la historia. El conflicto se origina con sus ideales proteccionistas, donde su intención nace en que estos aranceles hagan más costosas las importaciones extranjeras y, por esta diferencia en precio, aliente a los consumidores a comprar sus equivalentes locales. Como resultado, se pretende que sea una iniciativa para impulsar a la economía nacional.
Sin embargo, se observa que los efectos se derraman, perjudicando incluso a los propios negocios estadounidenses. Lo anterior se debe a que la economía china es una de las principales fuentes de importaciones de Estados Unidos.
Índices como S&P 500, Dow Jones Industrial Average y Nasdaq sufrieron caídas, reflejando una reacción de angustia por el mercado. Los sectores más afectados son el tecnológico y de consumo discrecional (bienes y servicios considerados como no esenciales), debido a la creciente aceleración de costos y una mayor incertidumbre, por lo que el panorama económico presenta más dificultades que oportunidades. Por otro lado, es inminente que China no se quedará con los brazos cruzados. Es de alta relevancia estar al tanto de la situación, debido a que Xi Jinping no titubeará en concretar una similar respuesta en los próximos días.
Así como en cualquier guerra, la población civil es la que recibirá uno de los mayores impactos gracias a este encuentro entre Estados Unidos y China. En el mundo globalizado e interdependiente que vivimos, el aumento en las tarifas de productos combinado con la necesidad empresarial de permanecer redituables, genera un alto costo que de una u otra forma terminará siendo pagado por el consumidor final. ¿Qué quiso decir Trump cuando dijo que haría a “America Great Again”? ¿Valdrá la pena ser recordado como “el presidente que enfrentó a China” a costa de una disminución en el ingreso neto de los estadounidenses? Es difícil de creer que un impacto de esta magnitud no haya sido considerado, o si lo fue, que haya sido visto como un “costo razonable”. Frente a la carencia de beneficio y a la insistencia del presidente estadounidense por perpetuar esta doctrina, sumado a las amenazas por abandonar la Organización Mundial del Comercio (OMC), pareciera que la Guerra Comercial no es más que un espectáculo político que se salió de control. ¿Será este espectáculo lo mismo que formó al USMCA?
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